CONTEXTO
El corregimiento de la Habana, integrado por 8 veredas, en la zona rural de Buga, fue declarado en 2015 sujeto de reparación colectiva por las acciones violentas del Estado y los paramilitares en esta zona. El proceso de reconocimiento y sentencia de estas acciones tomó catorce años y todavía hoy la zona no se recupera de los impactos que produjeron estas acciones en el territorio. La comunidad está cansada del manoseo institucional y las promesas incumplidas de instituciones estatales. ONG´s y organizaciones internacionales. Sin embargo, frente a este contexto se han desarrollado procesos colectivos que han producido espacios autogestionados de cuidado, sanación y reparación desde el quehacer y el cuidado de la tierra, el deseo de acompañarse y encontrarse entre ellos y ellas.
El municipio de Guadalajara de Buga está ubicado en la zona centro del departamento, cuenta con una zona plana que colinda con el río Sondo desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Río Cauca. En esta zona se desarrollan principalmente los proyectos agroindustriales de cultivo de caña de azúcar. Las comunidades campesinas de este territorio se ubican principalmente en la zona montañosa de la región, desarrollan un tipo de economía de subsistencia con una distribución de minifundio. Se han organizado en procesos cooperativas campesinas para la distribución y la comercialización de su producción y ha habido también una tradición fuerte de organizaciones políticas campesinas que fueron las más afectas con la entrada de los grupos armados a la zona.
Por la cercanía que tiene el municipio de Buga al Puerto de Buenaventura y su conexión con la cordillera central, específicamente con el páramo de las Hermosas fue blanco de una disputa territorial entre las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y la guerrilla de las FARC. Según las declaraciones del Eberth Veloza, alias “HH”, comandante del Bloque Calima de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en el momento de su incursión al departamento, la entrada a este municipio hacía parte de la estrategia de consolidación de este bloque para su posterior paso hacia el pacífico colombiano, que generó la creación del Bloque Pacífico del mismo grupo armado. En su incursión al departamento se asentaron en la zona rural del municipio y desde allí perpetraron la masacre de la la Habana y Alaska, hecho en el que fueron asesinadas 24 personas, así como también múltiples asesinatos selectivos, persecuciones. El control de este tránsito fue estratégico para el control de la redes de narcotráfico que dominaron los carteles del Norte y Centro del Valle durante la década de los 70’s y principios de los 80’s.
Sobre la cordillera central, principalmente en la zona Alta hacia el Páramo de las Hermosas, en los años de la llegada de los paramilitares a este lugar, hacía presencia el Sexto frente de las FARC-EP, a través de la Columna Alirio Torres al mando de Aníbal Guarín Herrera, alias “Tomate”. Para finales de los 90’s comienza la disputa por el el control territorial con el Bloque Calima de las AUC. En el proceso de consolidación del Bloque las distintas zonas geográficas del entorno rural de Buga tuvieron impactos diferenciados por parte del control de los actores armados y las dinámicas propias del conflicto. Por esta razón las transformaciones sobre la vida social, productiva y política de los campesinos, tuvieron particularidades que vale la pena analizar. Entendiendo por ejemplo las diferencias que tuvo la vereda de Alaska como una de las veredas centrales para representar y manifestar una acción ejemplarizante que repercutirá, a través del miedo, en la vida de las otras veredas.
Saliendo de la cabecera municipal por la carretera que conduce hacia las veredas de la zona rural que ascienden por la cordillera central, está ubicado el Batallón de Artillería No. 3 Palacé de Guadalajara de Buga. Este es el encargado de mantener la seguridad en la zona centro del departamento, entre los que están el municipio de Buga, Tuluá, Restrepo, andalucía, entre otros. Desde el Batallón hasta la vereda de Alaska hay más o menos 15 minutos de camino por una carretera en muy buenas condiciones, a comparación de otras vías del departamento. Es uno de los batallones de artillería más grandes con escuadrones contraguerrilla entrenados para combatir grupos armados ilegales en la zona. Además de este batallón se encuentra la Estación de Policía de La Magdalena, a 5 minutos de donde ocurrió la masacre, que contaba también con unidades contraguerrilla para combatir en la zona. Luego de las investigaciones sobre las responsabilidades en torno a este hecho el Consejo de Estado publicaría una sentencia donde establecería la culpabilidad del Bloque Calima de las AUC al mando de Heberth Veloza, alias “HH”; el Teniente Coronel del Ejército Nacional, comandante del Batallón Palacé de Buga, Jorge Alberto Amor Páez y algunos miembros del batallón y la Policía por ejecutar la masacre contra los campesinos de la zona.